martes, 4 de agosto de 2009

PALEOANTROPOLOGÍA


CIENCIA Y ESTUDIO
(Desacuerdos y caducidad)


La paleoantropología (paleontología humana) es una rama de la antropología que estudia la evolución del hombre como especie, una ciencia, que nos deleita con los descubrimientos acerca de nuestros ancestros en la prehistoria; de cómo eran y cómo vivían, además de tratar de reconstruir el curso de la evolución desde los primates más antiguos. Pero la paleoantropología también plantea con cada nuevo descubrimiento fascinantes preguntas, a las que tan sólo puede acercarse en teorías. He ahí el lugar de la controversia entre científicos, la escalera del saber cuyos peldaños, a veces, son difíciles de ascender.

Aunque el desacuerdo no se extiende a la totalidad de los planteamientos, cabe destacar, que los buscadores de huesos, autores también de hipótesis, se han enfrentado entre sí desde siempre, tal y cómo ha ocurrido con otras ciencias. La Historia ha estado plagada de debates celosos y de algún sonado fraude; pero hoy en día, las rivalidades son mucho más sutiles y se quedan en desacuerdos, aunque algunos sean de trascendental importancia. Para quien pretenda sumergirse brevemente en este gran océano de investigaciones, no es, sino difícil, construir una idea absoluta entre los distintos autores y sus bien defendidos argumentos; pero sigue siendo interesante el caminar de puntillas junto a sus discrepancias y mucho más ante sus coincidencias.

Son muchas y distintas, en cuanto a modo de proceder, las diversas disciplinas de la ciencia que intervienen en el estudio de la prehistoria, no sólo de los huesos fósiles, si no de los propios yacimientos. Por ejemplo la composición del estrato en estudios sobre el polen (palinología), o de indicios de los cambios climáticos que se han dado en el planeta (paleoclimatología) etc. El estudio geológico de los lugares donde se encuentran los fósiles es fundamental para contribuir a datarlos. La biología molecular ha alcanzado tal importancia en los últimos años, que sin desmerecer al resto de disciplinas que forman el conjunto de investigación, podríamos decir que los avances más importantes de la teoría de la evolución derivan de ella, tal y como lo expresan Cela Conde y J. Alaya en su libro Senderos de la evolución humana. La variedad de métodos para reconstruir el rompecabezas de cómo sucedieron las cosas, y las especializaciones de estos estudios, han dado como resultado novedosas técnicas de trabajo, aunque, como siempre, las conclusiones que se pueden inferir de algunos resultados no son compartidas de la misma forma por la totalidad de los científicos. Y no es, sino a través del tiempo, cuando las teorías se asientan, e incluso algunas que fueron en su día descartadas o no tomadas en demasiada consideración, parecen cobrar más tarde cierta credibilidad. Podemos extraer de lo expuesto, que la comunidad científica es muy cautelosa, y a veces incrédula, en cuanto a la aceptación de nuevas hipótesis formuladas, y aun más si estas tiran por tierra parte de lo ya dado por cierto. Se debe tener en cuenta, que no existe un lugar o una corporación institucional que recoja las teorías, las revise, evalúe, y acepte o no, como correctas. Los restos fósiles descubiertos, su estudio, y las conclusiones que de él derivan son publicados por los mismos investigadores y presentados, si el descubrimiento lo merece, en revistas de reconocido prestigio científico, como por ejemplo la revista de divulgación científica Science.

Cada texto sobre la evolución humana en la prehistoria, se encuentra siempre a merced de los nuevos hallazgos, y parece estar sujeto a una futura caducidad. Los fósiles hablan de cómo era nuestro mundo en un tiempo muy lejano, y sin embargo, esa lejanía se reduce a un instante comparada con la formación inicial de la vida en la Tierra.

1 comentario:

Andrés Ruiz Segarra

"Un tiempo que va más allá de la Historia, que precedió a la humanidad, y que determinó lo que hoy somos y el lugar que ocupamos en este planeta"